Tia Adolphine, casada con Andreas Bobsin, tenía una hija, Else, quien más tarde casó con un carpintero y fabricante de muebles, Zürner. Vivían a los pies de la iglesia de Sta. Catalina.
El tío y la tía vivían en Grindel,
frente a una gran pista de ciclismo, donde hasta donde se, tenían una gran
chalet o departamento.
Tía
Emma, casada con Carl Stemmler, tenía un hijo llamado Walter que trabajaba en
los tribunales y una hija que recuerdo haber visto en su confirmación.
Minna, la menor, nuestra madre,
parece haber sacado la peor parte con sus muchos hijos, por lo que la abuela
Wink le daba algunas monedas de oro de vez en cuando. Pero, ojo que no se
enterara tía Emma, ya que en cuestiones de dinero aún los hermanos suelen tener
pocas pulgas .
La familia Wink era bastante grande
y numerosa. El 2. día de Navidad, en el cumpleanos de la abuela, etc. se reunía
toda la familia alrededor de la gran mesa, en la Osterstrasse, en Einsbüttel.
La anciana abuela Wink tenía muchos
cuentos del viejo Hamburgo: de la peste, cuando las víctimas fueron amontonadas
con cal y tierra en lo que luego fue el jardín zoológico para formar el
Pesthüger (colina de la peste). Cuando un buen día se la perforó desde arriba,
salió una nube blanca, de manera que se prefirió volver a tapar el agujero de
inmediato. Del gran incendio de Hamburgo (1842), durante el cual muchos
amontonaron su pertenencia en lanchones, hasta que fuegos fatuos (luces malas)
en forma de velas empezaron a danzar sobre los mismos e inmediatamente todo el
lanchón se incendiaba. Den gran frío invernal que les permitía recorrer el Elba
en trineo hasta Blankenese. Que las papas se les helaban en el living, junto a
la estufa y similares. Que el Alster se congelaba y se liberaba, que se armaban grandes carpas
delante de la Lombardsbrücke donde se servía Met (bebida de tipo vino, de miel
fermentada), que se podía pasar por debajo de la Lombardsbrücke y pasar a la
Binnenalster. Eso lo comprobamos mi hermano Hans y yo viniendo con el trineo
desde el Isebek-Kanal y sólo teníamos
que desviarnos por tierra en el ferry de Uhlenhorst, porque el ferry se
mantenía limpio de día y de noche. Esto indicaría que antes los inviernos eran
más fríos.
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