sábado, 21 de diciembre de 2024

02.03.1967

             Este viaje a Bariloche fue –hasta ahora- nuestros último viaje. Nos hemos puesto achacosos e impedidos. Oma está bastante bien, pero tiene que cuidarse, no debe hacer esfuerzos.


 Si bien su naturaleza y su actitud positiva le ayudan, tiene que tener cuidado con su corazón. A esto se agrega la penosa neuralgia del trigémino, consecuencia de herpes sostes que padeció hace 20 años, cuando todavía vivíamos en la casa de la playa y para lo cual no se ha encontrado remedio efectivo hasta ahora. Tampoco el nuevo medicamento Tegretal, que costó tanto conseguir, parece ser el apropiado. El 27.2 tomó media tableta, pero el efecto parece ser demasiado fuerte y afectar el corazón, por lo que deberá
 limitar su administración. También puede haber influido que para el 28-2 estaba previsto que le sacaran sangre para un recuento de leucocitos y los consiguientes preparativos, así como la parte emocional. 

En lo que se refiere a mi soy una persona torpedeada. La artrosis en la columna es incurable y muy probablemente, progresiva. Lo trágico de todo esto es que no debería haberme ocurrido, pues las radiografías de 1952 de Braunschweig lo mostraba perfectamente y el diagnóstico escrito decía expresamente spondylitis deformans (en griego “espondylos” son los diferentes huesos de la columna vertebral). Es increíble que en el departamento de reumatología de Braunschweig, que solicitó la radiografía, no se me haya alertado y no me hayan aconsejado, no solamente usar un corset apropiado,  sino también que cuidara la columna y no hiciera esfuerzos. Igualmente increíble es que todos los médicos de aquí, incluyendo el Prof. Dr. Ottolenghi, Titular de Ortopedia y Traumatología de la UBA me hayan tratado de una desviación de la columna y quisieran enyesarme. No me puedo entregar. Por eso todavía estoy en manos de los médicos, los que sólo me pueden tratar los síntomas de vejez. 

He llegado prácticamente al final de mi crónica. Como complemento escribiré un epílogo a modo de prólogo y quizá agregue un relato sobre Puerto Madryn y la Patagonia y algunas reflexiones sobre mi vida.

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Introducción a la crónica.

Entre los miles de inmigrantes que llegaron a la lejana Argentina a principios del siglo XX, se encontró Rudolf Henry Grimm. Nuestro abuelo,...